La crianza en madera no solo estructura el vino, sino que lo oxigena lentamente, potencia su complejidad aromática y le otorga capacidad de envejecimiento.
Hoy el roble es la madera más utilizada para barricas, pero no es la única.
Cada tipo de madera imprime carácter propio:
- Roble americano: aporta aromas dulces e intensos, como vainilla, cacao, café o coco, con taninos suaves.
- Roble francés: ofrece equilibrio aromático, notas balsámicas, miel y frutos secos, con una oxigenación más lenta .
- Castaño: antiguamente muy usado, hoy vuelve a estar presente en algunas bodegas.
- Acacia: delicada, ideal para blancos, aporta notas florales y suavidad, con diferentes matices según el tostado.
- Pino: típico de Canarias, da origen a los “vinos al tea”, con aromas resinosos característicos.
El tamaño de las barricas puede variar de 225 a 1200 L, lo que influye en el nivel de contacto entre el vino y la madera; además, cuanto más nueva es la barrica, mayor será la cantidad de compuestos aromáticos que aporte al vino.
Os compartimos algunos vinos de nuestra cava con crianza en madera:
- Pazo Barrantes: un porcentaje es criado en madera de acacia, enriqueciendo el perfil fresco, delicado y floral del vino.
- Escolinas Albarín Blanco: crianza en barrica de castaño, elegante y con volumen.
- Castillyo Ygay: un clásico y elegante ícono que combina crianza en crianza en roble americano y francés, con estructura, complejidad y notas especiadas.

